--¿No es esto muy raro para un ratón? –decía-.
--¿Por qué soy un ratón hijo único?
--preguntaba Bartolo a su madre.
--Porque sí –contestaba ella--.
Y ahora déjame continuar con mi trabajo.
Bartolo se iba a su cuarto bastante triste.
--Sería tan divertido tener un hermano con el que jugar...
--murmuraba.
Un día, su madre se asomó a la puerta del cuarto y dijo:
--Vamos, Bartolo, date prisa, pon la mesa. Tu padre está a punto de llegar.
Bartolo hizo lo que pudo para que la mesa quedara bien puesta y bonita.....
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